Ayer fuimos al Valle-De-Las-Monjas, no había monjas, pero habíá unas cabras, que no se comen.
Comimos quesadillas mejor, ricas, de esas de masa azul, en mesita de mantel vinílico y Art-Nouveau-Kitsch.
Fue muy extraño, era como estar en la Marquesa.
Solo que no estábamos en la Marquesa, estábamos como a... 7 minutos del Bilbao y 10 de la Ibero, bien cerca.
Y había un gatito.
Y luego otro.
Uno no quiso jugar.
Y al otro no me dejaron mimarlo.
Y gallos.
A esos no quise mimarlos.
Y era pequeño y secreto y perdido de la mano de Dios.
Y el pulque sabía feo y llovió
Y tambien llovió adentro del coche.