Este año, yo ya había dicho que de Watusi nada, que este año no gracias, que directito a Europa y...de repente, ahí estoy, porque hay lugares que te llamany a los que no puedes evitar volver, aunque solo vayas un par de veces al año se sienten tremendamente cercanos (tambien pasa con las personas, pero ese es tema para otro post)
Y pues sí, me aventé un camp de 5 días que fue por demás terapeútico, durante el cual aprendí varias cosas trascendentales, y situaciones curiosas, tales como:
- A veces portarse como niña berrinchuda funciona inexplicablemente bien.
- Los Montessoris son de Satán, mi kinder era de esos y fue horrendo, y ahora tuve la oportunidad de ver de manera objetiva que están locos, y no de una manera divertida.
- A veces las caricaturas encarnan en personas de una manera aterradora y precisa, ¿alguien se acuerda de Ginger de Nickelodeon?
- Mimé un coatí como si fuera perro y le di de comer a un canguro, oh emoción, oh etóloga frustrada.
- Los chimpancés aprenden a pintar con crayolas, más etóloga frustrada.
- Había una chica nueva, Vero, la cual al parecer será la nuev a psicóloga del campamento, mientras tanto, nos divertimos haciendo que nos analizara (despues de todo, a todo el mundo le gusta que le hablen de sí mismo, oh ego jeje) y era chistosa y analizó mi letra y mi-lo-demás y la mordí y tambien mordí a otraspersonas.
- Hubo una noche disco rara, porque eramos poquitos, y no quise aprender a bailar banda y no me gusta que me traten de abrazar y toquetear sin mi consentimento, mejor fui descaradamente hostil, y huí con Emmanuel (chico nuevo y chistoso) a enseñar a los niños el paso del pollo y otro paso como de Riverdance y otro chistoso que salía en Friends (donde se jalaban el pie, ya saben?)
- Dirigí una fogata, definitivamente aquí pierdo mi sentido del ridículo.
- Julieta me hace sentir chiquita, muy.
- Mis niños eran la onda, definitivamente ser washauri es maravilloso para la autoestima.
- Muchos sketches, el de mis niños pasó de ser un chiste sonzo pero simpático a una telenovela complicadísima que nadie entendió, el de los washauris, fue de los de siempre, pero tuvo harto éxito.
- Se celebró el día internacional del pepino, tuvo un éxito inusitado.
- Fue raro, a pesar de haber estado contenta, el último día me agarró como que el desazón y la melancolía y el yamequieroir, quizá porque para el siguiente camp llegaba puro puro nuevo y pues ese no era el chiste, no gracias.